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Huangshan
Periplo en China VI: Nuevo voluntariado. En Huangshan (I) con Helpx

Periplo en China VI: Nuevo voluntariado. En Huangshan (I) con Helpx

Huangshan

Fue en Osh (Kirguistán) durante mi espera para cruzar la frontera China, cuando decidí que quizás debería de darme de alta en otra de las páginas web que utilizamos de voluntariado por el mundo. Helpx la conocía desde antes de partir, de echo puedes encontrar información en esta página del blog, pero no me había decidido todavía a utilizarla como usuario premium, que te da derecho a ponerte en contacto con los anfitriones. Con Workaway, la otra página que utilizo, sigo estando dado de alta y enviando solicitudes, pero había que abrir el abanico de posibilidades.

Y así fue como encontré, estrenando la cuenta en HelpX, Daylight Young Hostel en Huangshan, una ciudad en la provincia china de Anhui, al este del país. Envié la solicitud ya que me pareció un lugar muy interesante y enseguida Joe, uno de los socios, me contestó y me invitó a ir cuanto antes a colaborar con ellos. Mi experiencia en el pasado en barras de bar y también en la cocina a nivel amateur, algo que es para mi un hobby, le gustó. Yo antes, tenía que recorrer gran parte de China y cumplir con mi 6º voluntariado en Xi’an, por lo que quedamos que en noviembre, durante la primera semana estaría por allí.

Desde Xi’an el viaje era muy largo, algo más de 24 horas, tenía además que hacer un cambio de tren en Xu Zhou, una gran ciudad a mitad de camino y en ese cambio de tren también cambiaba de tipo de vagón, en la primera parte lo hice en butaca dura, el viaje era diurno y me interesaba seguir conociendo la vida china en los trenes, la segunda sin embargo la pude hacer, por suerte, en litera y así descansar para llegar a mi destino despejado y a punto para trabajar si se me requería.

En la puerta de la estación de Huangshan estaba esperándome Edison, socio de Joe, que me recibió y me llevó en su coche hasta el hostel. Ya allí me encontré con María, una española que me había precedido en el voluntariado y que volvía a España para pasar las Navidades y el fin de año con su familia. Poco pudimos hablar, salía poco después de mi llegada, únicamente me explicó que el trabajo era sencillo y que quizás por la reciente apertura no había muchos clientes todavía.

El personal del hostel y el trabajo

Como voluntarias también estaban Noé, una francesa con la que volvería a coincidir en Hanoi, pero lo contaré cuando llegue a Vietnam en este blog y Zhu Zhuoran o Juliete como se hacía llamar, una chica china de la misma provincia de Anhui que venía de Australia donde había vivido los últimos meses. Entre los tres íbamos a repartirnos el horario de apertura del bar.

El trabajo era sencillo, por la mañana limpiar lo que había quedado de la noche anterior y barrer y fregar el suelo, encender la cafetera, preparar agua caliente para el té o beberla, ya que en China normalmente se bebe agua caliente y pocas veces fría como nosotros,  y si venía algún cliente atenderlo con desayuno, café o té. Las tardes eran más tranquilas, simplemente limpiar la cocina y lavar los platos de la comida además de atender la barra y las mesas. Por la noche, atención a los clientes, que era cuando más venían y, antes de cerrar, dejar todo recogido para que el turno siguiente lo encontrase preparado al empezar por la mañana.

Sobre todo al principio de nuestra llegada y para ayudarnos a conocer mejor los diferentes cócteles y cafés especiales que se servían, estaba por las noches Philippe, un francés afincado en Huangshan desde hacía unos años y que llevaba viajando habitualmente a China desde finales de los años 90 para hacer negocios y que desde la inauguración colaboraba habitualmente, un buen amigo de Joe. Actualmente tiene una empresa que se dedica al turismo en China llamada Huizhou Dreams Voyage, con la que te descubre esta zona del país.

Los propietarios a los cuales ya os he presentado en parte son Joe, que también colaboraba con nosotros en el bar ocasionalmente, sobre todo cuando los cafés o los cócteles eran complicados de hacer y no estaba Philippe, además por su experiencia como barman, nos ayudaba y nos enseñaba. También se encargaba de la recepción cubriendo algún turno. Edison ocasionalmente sustituía a Joe en la recepción por las noches, aunque su labor era más la de relaciones públicas y por lo que entendí en el tiempo que estuve allí, sobre todo con las autoridades de la ciudad. Ambos eran buenos cocineros y muchas veces preparaban la comida o la cena para todo el equipo.

En la recepción estaban Si Si y Ke Ling, entre ambas se repartían el horario de la mañana y la tarde. Ke Ling quería aprender mejor inglés y se apoyó en mi durante algún tiempo, así mismo ella me enseñaba chino, lo hacíamos en cualquier momento del día cuando nos sentábamos a hablar o jugar en alguna aplicación del móvil o simplemente nos cruzábamos en el trabajo. Su compañera Si Si además de la recepción muchas veces también se encargaba de hacer la comida y el día de mi llegada preparó un buen banquete mientras yo tomaba notas y aprendía algo de su forma de cocinar, que como siempre me interesa.

De la limpieza del hostel se encargaba Wang Cui, a la que poco antes de terminar mi voluntariado se le unió Wang Chen Ai, ambas también en ocasiones ayudaban a hacer la comida para todos, las dos eran muy simpáticas conmigo y les gustaba bromear, sobre todo con mi vegetarianismo que en el hostel rompí varias veces, ya que todos excepto Noé, eran omnívoros y les encantaba la carne y el pescado, por lo que preparaban muchos de los platos con estos ingredientes y era, o comer y hacer de tripas corazón, o pasar hambre.

En los últimos 20 días de mi voluntariado y en sustitución de Juliette vino Sunny, con la que hice muy buenas migas. Sunni entró como asalariada, no como voluntaria, ya que está estudiando en la Universidad de Huangshan y con estos trabajos ganaba algo de dinero con el que pagarse sus caprichos. Por las noticias que tengo, recientemente dejo el hostel al parecer por diferencias con algunas cosas y se ha podido colocar en otro hotel de la ciudad y quizás en labores para las que está más preparada.

La excursión a Pingshan y Wu Xi Shan

A los dos días de llegar y tras ajustar los horarios de trabajo que se habían planteado por parte de la dirección, nos anunciaron que ese fin de semana teníamos programada un visita a la montaña. Edison se encargó de nosotros y con su coche llegamos hasta Pingshan, un pueblo cercano a las montañas Wu Xi Shan y allí estaríamos acampados. Philippe ya estaría esperándonos desde el día anterior con Sakura, su pareja y otros amigos extranjeros que trabajan en China, para los cuales se había preparado esta excursión. En total nos juntamos una treintena de personas la noche del sábado al domingo en la cena y posterior fiesta.

Durante el día y después de comer, fuimos a conocer la montaña de Wu Xi Shan. El recorrido ya fue increíble y atravesamos parajes de postal, ya a nuestra llegada anduvimos por unos bosques preciosos rodeados de montañas y ríos. Un momento de calma para respirar aire sano y fresco y empezar a conocer mejor a tus anfitriones, a tus compañeros, hacer nuevos contactos durante el viaje y ver lugares fuera de los circuitos habituales para el turismo internacional.

Para la cena pude preparar mi tortilla de patatas, ya había preparado la patata y la cebolla frita y solo era mezclar con huevos y freir. Hice varias con una sartén pequeña que quería estrenar y que había comprado, acompañado de Philippe, para llevar durante el viaje y poder hacerlas en cualquier circunstancia. Pero durante el proceso de cocción de las primeras tortillas en fuego de carbón, la sartén empezó a demostrar porque es malo comprar muy barato en China, no me explayaré mucho en el detalle, salvé las situaciones adversas y pude hacerlas que era el objetivo inmediato. Lo mejor es que la crítica fue buena y de nuevo lo había conseguido a pesar de los problemas. El resto de la cena fue carne, que habían sacrificado por la mañana y estaban asando en una parrilla inmensa con el animal entero, alguna ensalada y pollo frito.

Después de cenar se montó la fiesta, para beber además de cerveza y refrescos, prepararon un vino blanco caliente que, por lo rico ¡era tan peligroso! y a mi me tumbó sobre la medianoche. Así que me retiré a descansar y dormir en mi, por fin, estrenada tienda de campaña que arrastro desde Treviso (Italia) y que todavía no había podido utilizar. Andaba ilusionado con ello, pero al abrirla para montarla encontré rota la goma de una de las varas que hacen de eje y aunque pude finalmente ponerla, me llevé un chasco… ¡sin estrenar y rota! Culpa mía por no revisarla al comprarla, aunque quizás fue un boicot durante el camino, no sé. La sigo llevando pero en cualquier momento la retiraré, además de no utilizarla, son 2,5 Kg que se hacen pesados cuando andas con la mochila a cuestas.

Ya el domingo por la mañana, se encargaron de prepararnos un buen desayuno las cocineras que trabajan para el lugar donde estaba todo organizado. El desayuno ayudó a llevar lo mejor posible la resaca y reaccionar para recoger todo y bajar de nuevo a Huangshan a trabajar. Yo había decidido quedarme a dormir en mi tienda de campaña, pero mis compañeros y Edison con el coche, bajaron a dormir al hostel, por ello yo me quedé sin medio de transporte. Encontrar uno era la prioridad y con la ayuda de Philippe conocí a TuTu, que también tenía que bajar a la ciudad y me podía llevar, así que desmonté la tienda, recogí la mochila y esperando para irnos pude comer y hacer unas risas con Ni Ni, una francesa con la que congenié muy bien que trabaja en Xu Zhou. Todos los demás siguieron con un domingo tranquilo entre montañas.

Para terminar

Del hostel poco más que contar, que es nuevo y se nota, creo que fue en el lugar que mejor colchón he tenido en mucho tiempo. Así mismo las instalaciones están cuidadas y limpias. Pude coincidir con pocas personas en mi dormitorio, al final de mi estancia sobre todo, fueron algunas más, pero la mayor parte del tiempo lo pasé solo y prácticamente toda la habitación, con dos pisos en dos alturas y 12 camas, fue para mi. Todo fueron buenos momentos, incluso cuando en una reunión se me recriminó, con cierta razón, que no debía de beber durante el trabajo, que aunque no abusaba, mejor incluso no beber y así lo hice o cuando a mediados de diciembre pasaba en el bar la jornada a veces a bajo cero grados, lo cual era un problema también para tener clientela.

Algo que me llamó la atención es que en Huangshan, los chinos a los que conoces para presentarse, e incluso sin conocerte te ofrecen un cigarro. A veces me junté con 2 ó 3 encima del ordenador esperando ser fumados por el orden que me los habían ido dando. Salí más enganchado al tabaco de lo que estaba y conocí y probé la variedad más grande de marcas de tabaco que existen en China. Ahora bajando la dosis.

Hay muchas más anécdotas, que contaré junto con algunas visitas a la ciudad y los amigos que pude hacer durante un mes y medio de voluntariado, que fueron muchos, y con los que, en su mayoría, mantengo un contacto más o menos constante a través de las redes. Pero esperaré a los próximos días a completar el relato de mi paso por esta bella ciudad de las montañas de China. Hasta entonces y como siempre…

¡Pura Vida!

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