Estando en Brasil, el apocalipsis, al que considero un primer paso para tenernos todavía más esclavizados y dependientes (amén de otras consideraciones), cambió mis planes, como al 99% de los habitantes de este planeta. Paró mi viaje bruscamente y me obligó a volver a España en julio a esperar acontecimientos. Y me considero afortunado, ya que no tuve que encerrarme en ningún momento. Me quedé con las ganas de recorrer todo el sur de América como estaba previsto. Me quedaron pendientes las Guayanas y Surinam, Venezuela y varios archipiélagos e islas del Caribe donde estaba invitado a ir como voluntario.
En enero de 2021, después de viajar por el norte de España -Zaragoza, Barcelona, Tarragona, Bilbao, Vitoria, Oviedo y Gijón, Vigo y Madrid- durante los 6 meses que estuve por allí y también como voluntario, decidí que mi siguiente destino sería África. El último de los 5 continentes conocidos que me quedaba por visitar y además cerca de España, lo que facilitaría algunos detalles logísticos. Compré un vuelo a Guinea-Bisáu y a finales de mes reiniciaba mi viaje. Antes tuve que superar varias pruebas, entre ellas el PCR que siempre fue una lotería, y esperar que esos detalles fuera de mi control, no frenaran mis propósitos.
A Guinea-Bisáu llegué como voluntario, invitado por Carlos Costa de ArtOasis. Un proyecto que a primera vista era interesante y ambicioso, pero que no es tal y que antes de abandonar, tras tres meses de sinsabores y una experiencia negativa como ninguna hasta la fecha viajando, lo consideré una estafa. Nada de lo que se me prometió sucedió y, además, tuve que aportar como préstamo dinero de mis fondos ahorrados para el viaje, para poder sobrevivir, tanto yo, como la familia de mi anfitrión. A los tres meses después de mi partida, supe que ese dinero no me sería devuelto, así me lo dijo el estafador. Algún día contaré toda la historia en el blog de la web.
En África tenía así mismo invitaciones a otros países: Ghana, Cabo Verde, Camerún y Zambia, para también, colaborar como voluntario; aunque, debido a esta situación mundial surrealista, no pude seguir viajando por el continente. Decidí entonces volver a América para completar en la medida de lo posible lo que me quedó pendiente en 2020.