Con la intención de ir a recabar información de la isla samoana de Savai’i, al oeste de Upolu, el capitán y yo que nos habíamos quedado ya solos en el velero, fuimos al centro de información turística de Apia. Entre preguntas al chico que atendía el centro, nos hizo saber de la celebración de un evento que se celebraba en esos momentos y nos invitó a unirnos, como una forma de conocer la cultura de su país mientras disfrutábamos de comida y música, además de historia que un maestro de ceremonias, vestido para la ocasión, nos presentó y contó.
Fueron varias horas y diversos actos que nos introdujeron en lo más importante de este pueblo oceánico, que fue controlado por los alemanes y antes de su independencia, por los neozelandeses.
Ambas Samoas, la que os presento y la americana, son el mismo pueblo, la misma cultura, pero políticamente se separaron en el siglo XIX por un acuerdo entre las potencias coloniales de la zona: americana, alemana y británica. Esta última renunció a tener parte de ellas, a cambio de controlar las islas Salomón que eran protectorados alemanes.
Los tatuajes que hoy en día se ven en cualquier lugar, pero no todo el mundo los lleva, aquí son algo normal que un adolescente comienza a dibujar en su cuerpo ya sean hombres o mujeres y que la familia aprueba y tienen significados poco vanales.
Saber como cocinaban o como hacer crema de coco, bebimos la bebida de esta parte del mundo: el kava, que utilizaban en las ceremonias y que hoy en día, es una bebida corriente, que se bebe entre amigos por norma general.
Hubo más cosas que mi ojos vieron: bailes y música tradicionales o hacer papel a partir de la corteza de un árbol para después dibujar sobre él y sobre telas, de lo que se encargaban las mujeres de la familia, y que es una forma de que entre dinero en la casa, por la compra de los productos por los turistas, pero que la cámara dejó de grabar por falta de batería y me he quedado con las ganas de enseñártelo. Perdona las molestias.
Aún así, espero qué disfrutes de este resumen de la cultura samoana que te he preparado.
¡Pura Vida!