El primero de abril, conseguí llegar a Nueva Zelanda, había cruzado el sur de Europa, Asia Central, China, el Sudeste asiático y Australia. Lo hice en dos años y quince días.
Para despedirme de las antípodas, además lo hice en un velero, donde viví los últimos días en Nueva Zelanda. El barco estaba atracado en una pequeña isla de la bahía de Auckland y fue el preámbulo de lo que estaba por llegar, que en aquel entonces todavía no sabía a ciencia cierta que lo conseguiría: navegar en velero.
Gracias a Steve y Andrea por haberme dejado pasar estos días magníficos en su velero.
Hasta el próximo vídeo.
¡Pura Vida!