El 18 de julio, me subía a un avión en Suva, la capital de Fiyi, bien pronto por la mañana. Mi destino: Apia, la capital de Samoa Occidental. Aquí me esperaba un barco velero, Horst, su capitán, hacía unos días me había enviado un email proponiéndome hacer una ruta por las islas del Pacífico, como voluntario.
Yo buscaba un barco, pero para ir a América, sin embargo, no pude ni supe resistirme y acepté la invitación.
Un reto para mi, ya que nunca he viajado durante largas jornadas en un velero, pero también una forma de aprender algo nuevo e interesante como es navegar, cambiando completamente mi forma de viajar por el mundo.
Este es el primer capítulo de no se cuantos habrá en el futuro, sobre mis viajes por el Océano Pacífico visitando verdaderos paraísos en la tierra.
Gracias por estar ahí y seguir mis aventuras marineras.
¡Pura Vida!