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Visitando el Veneto
Visitando el Veneto y despidiendo Italia. Arrivederci amici!
Visitando el Veneto y los últimos días en Italia. Inolvidables momentos con gente encantadora, para despedir un país que me ha hecho sentir como en casa.

Visitando el Veneto y despidiendo Italia. Arrivederci amici!

Visitando el Veneto y los últimos días en Italia. Inolvidables momentos con gente encantadora, para despedir un país que me ha hecho sentir como en casa.
Visitando el Veneto

Visitando el Veneto y despidiendo Italia. Arrivederci amici!

Tras haber pasado unos días con Yara y su familia en Poggio Mirteto, nuestro próximo destino era el Véneto. La primera parada Treviso.

También pude, por fin, aunque solo por un rato, ver Bolonia. Una ciudad que me recomendaron, pero que como ya conté en un artículo anterior, finalmente no visité y me hubiese encantado. Queda pendiente para el próximo paso por Italia.

El viaje a Treviso

Para llegar a Treviso elegimos un coche compartido. Salía más económico que el transporte público y tuvimos la suerte de que Enmanuel, conducía un coche amplio y entraron las dos mochilas. Cualquier coche no puede llevar semejantes armatostes.

El viaje fue muy tranquilo y a mitad de camino me ofrecí a conducirlo. Una forma de ayudar y dividir los kilómetros entre ambos. Cambiamos en Bolonia donde además se unía la quinta persona que viajaba con nosotros hasta la estación de Venecia Mestre. Giovanni nos recogía en la puerta de la estación, para llevarnos a su casa en Treviso. Cuando llegamos Sophie había preparado una exquisita comida vegetariana.

Treviso

Esa tarde no hicimos mucho más, esperamos charlando a que llegasen del colegio Julien y Leonardo. Los hijos de Giovanni y Sophie.

Al día siguiente, Mar y yo, decidimos recorrer el centro de la ciudad y compramos algunas cosas para hacer una cena típica española. Gazpacho, tortillas y unas ensaladas por mi parte y Mar, un salmorejo. Con una variación muy interesante, que contaré en la próxima sección del blog dedicada a las recetas de La Vuelta al Mundo Sin Prisas.

Treviso es una ciudad bonita. No muy grande. Aunque desgraciadamente en el centro, hay muy pocos lugares verdes donde pasar un rato a la sombra y charlar con los amigos o relajarse.

El último día en Treviso volvimos a recorrer sus calles y así poder conocer prácticamente todo el centro. Coincidió que el mundial de fútbol se inauguraba ese día con el partido del anfitrión Brasil contra Croacia. Ganaron los primeros, no sin polémica.

Yo vi algunos momentos, pero casi todo el tiempo estuve esperando hacer las fotos de la tormenta que se barruntaba y que al final se confirmó. Increíble como se ve desde un ático. Donde viven Giovanni, Sophie y los niños. Los rayos y relámpagos que cayeron en la ciudad ¡Impresionantes!

Agradezco a Giovanni y Sophie su hospitalidad con nosotros. Nos hicieron pasar unos días fantásticos y nos trataron como a reyes. Es una suerte tener amigos como ellos. Gracias de verdad por todo.

Venecia

El segundo día como invitados de Giovanni, decidimos desplazarnos hasta Venecia. Está muy cerca y muy bien conectada con Treviso. Mar no la conocía y a mi me apetecía verla de nuevo. Considero que es una ciudad especial y de las más bellas del mundo.

Además Marco Polo partió desde esta ciudad hacía los territorios del Khan Kublai. Hizo La Ruta de la Seda, objetivo del viaje en mi avance hacia el este.

Pudimos recorrer Venecia y comprobar que está hecha para el turismo. Cantidades increíbles de personas visitando una ciudad, que aprovecha esta masificación perfectamente para aumentar la renta per capita de la población. Cobran hasta los mapas en la misma oficina de turismo.

Supongo que habrá otras razones, pero me llamó la atención, ya que Roma, Florencia y otras ciudades italianas, con tanto o más turismo, tienen un pequeño mapa gratuito que ayuda a situarte y reconocer los lugares que visitas. En Venecia te dan una fotocopia mala y ¡búscate la vida!

Poco más puedo añadir, lo mejor es que cada uno, algún día de su vida, la visite y la conozca.

Mogliano Veneto

El viernes tocaba despedida. A mediodía Giovanni nos hizo el favor de acercarnos a Mogliano Veneto. Nos esperaba Gianluca, un amigo de Daniele de Vicopisano que se ofreció a acogernos y conocer a los viajeros que estaban dando la vuelta al mundo.

Visitando el Veneto
Yo, Gianluca, Mar y Simone a nuestra llegada a Mogliano Veneto

Sobre Mogliano Veneto poco puedo contar. Gianluca vive a las afueras en una urbanización y durante el fin de semana que nos acogió, teníamos preparadas algunas actividades en la montaña.

El primer día lo dedicamos a conocernos un poco. Y ya que me precedía la fama de cocinillas, fuimos a la compra para esa noche poder deleitar a nuestros anfitriones con mi tortilla de patatas y el salmorejo de Mar. Antes de volver a casa a prepararlas, fuimos con Gianluca a Casale Sul Sile, a dar un paseo y charlar un rato.

Las excursiones a la montaña y otras ciudades y pueblos

Al día siguiente fuimos al pre-Alpe del Véneto a Monte Grappa. Estuvimos en el refugio Alpe Madre, donde Gianluca había quedado con unos amigos para bailar y comer. Debido al mal tiempo que estaba haciendo ese fin de semana el programa cambió, pero aún así pudimos de nuevo ver la grandeza de Los Alpes. Aunque no pudimos llegar a Los Dolomitas.

El domingo, Simone hizo de guía para nosotros. Gianluca tenía una cita con su madre a la que no podía faltar. Simone nos llevó hasta Padua y de nuevo a la montaña.

Debido a que yo me encontraba algo falto de fuerzas, decidimos cambiar de planes y visitar uno de los pueblos de montaña más bellos y mejor conservados que he podido ver en Italia Arquá Petrarca.

En Arquá Petrarca nació en el siglo XIV Francesco Petrarca uno de los poetas más celebres del país transalpino. La casa donde vivió atrae a numerosos turistas a verla de cerca. Y se mantiene en perfectas condiciones. No pudimos visitarla, ya que para ello has de pagar 4€, pero desde fuera uno se puede hacer una idea de que tiene que ser preciosa.

Esa noche cocine una paella y al día siguiente aprovechando los garbanzos del caldo, un humus que dejamos preparado para que Gianluca y Simone pudiesen comer y probarlo. Nosotros a mediodía fuimos rumbo a nuestro último destino en ItaliaTrieste.

Trieste

Sorprendente. Esta es la palabra que mejor define la sensación que tuve nada más llegar y posteriormente paseando por sus calles y el puerto.

La ciudad, limítrofe con la frontera eslovena, es de lo más destacado que he visto en Italia y en serio que han sido muchos los sitios bellos y especiales en los que he podido estar. Quizás no tenga la fama de otras, no por lo menos para mi, pero es majestuosa, cómoda, limpia y su gente muy amable y atenta con los desconocidos.

Esa noche dormimos al raso en la primera experiencia para un servidor en este viaje. Elegimos un pequeño parque y más concretamente la zona de juegos para los niños. Extendimos nuestras colchonetas y Mar su saco. Yo pasé frío por no hacerle caso cuando dejamos las mochilas en la consigna de la estación y ¡mira que me insistió para que lo cogiese!. Finalmente la manta térmica, que incluye el kit de supervivencia que me compré, me sirvió para entrar en calor e intentar dormir un poco.

Cuando nos levantamos, pronto, ya que empezaban los paseos de los perros de los vecinos y quizás, animado por el viaje que nos llevaría a Eslovenia esa mañana, el cansancio no lo acusé mucho.

Una primavera viajando
Nuestra casita en Trieste

Hasta la hora de partir paseamos y pudimos ver algo más de la ciudad y descansar un poco en otro de los muchos parques que existen en Trieste. El llamado Jardín Público, está dedicado a personajes famosos de la literatura, las artes, la política, etc. que tienen su homenaje reflejado con un busto propio, en cada rincón.

Siguiendo camino: Eslovenia

A mediodía, Gorazd nos recogió en la estación de tren. Mientras lo esperábamos hice unas llamadas para despedirme personalmente de algunos amigos italianos. Una forma agradecer su ayuda y revivir recuerdos.

El viaje a Eslovenia fue rápido. Están muy cerca Trieste y Liubliana y entrábamos en tierras eslavas. Otro idioma, otra cultura y un paso más en el recorrido de La Vuelta al Mundo Sin Prisas.

Arrivederci Italia, tu sei nel mio cuore!!!

En el próximo artículo, nuestras vivencias en Eslovenia. Hasta entonces…

¡Pura vida!

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