La entrada en Turkmenistán
Cuando viajé a Turkmenistán por tierra, entré al país por el paso de Howdan, que era el que había indicado al solicitar el visado. En la frontera no tuve muchos problemas, pero el oficial que tenía que darme autorización me frió a preguntas sobre el motivo de mi visita.
Te recomiendo que aunque no vayas a usar un hotel, te aprendas el nombre de alguno y la dirección, relajará la entrevista. ¡Ah! Y di que quieres ir a ver el crater Darvaza, seguramente eso hará que todavía se relaje más. El oficial me hizo un plano completo para llegar desde Asjabat, aunque no pude ir finalmente por falta de presupuesto.
Mientras esperaba a que se dignase a abrir la ventanilla, quise encenderme un cigarro en la entrada del edificio, en la calle, y un soldado me paró los pies. Las personas del país que estaban allí me dijeron que estaba prohibido.
Edificio frontera Turkmenistán Puerta de entrada al país, dirección Asjabat
Couchsurfing en Turkmensitán
Al viajar a Turkmenistán, según tu presupuesto, puede ser un problema el alojamiento económico, así que me decidí por usar Couchsurfing y obtuve respuesta de una chica, además de MariaVi y Alberto, los españoles que me acogieron como couchsurfer.
Maysa no podía invitarme a quedarme en su casa -por el que dirán, algo que todavía existe para las mujeres en Turkmenistán- pero sí que fui a visitarla y fue mi guía por Asjabat. Además me ayudó con información para sacar el dinero del banco y como llegar a la frontera con Uzbekistán en tren.
MariaVi y Alberto -los couchsurfers españoles en Asjabat- conmigo, antes de la despedida de Ashjabat (Turkmenistán). Maysa, la couchsurfer en Asjabat
Así que alguien que puedas encontrar a través de esta página web u otras similares, aunque no te puedan hospedar, siempre es una buena idea: harás amigas/os y además tendrás la ventaja de sus conocimientos de la ciudad y el país.
La solución al alojamiento en Turkmenistán
Al viajar a Turkmenistán, tienes como alternativa al hospedaje estable, el hospedaje nómada. Me explico.
En Turkmenistán la red ferroviaria están muy bien, herencia de la época soviética. Hay trenes que unen casi todo el país y, mientras lo atraviesas para llegar de frontera a frontera, puedes hacer visitas rápidas a lugares muy interesantes. Por la noche te subes al tren y viajas descansando y durante el día puedes visitar los lugares, hasta la salida del próximo tren.
Mi viaje en tren por Turkmenistán
Cuando estuve en 2014, el viaje en tren en Turkmenistán fue barato y cómodo para los estándares occidentales. Yo pagué por un billete en litera entre Asjabat y Turkmenabat -de punta a punta del país- 10$ al cambio. El departamento de literas era compartido con 3 personas más.
Estación de ferrocarril de Asjabat El tren que me llevaba a Turkmenabat (Turkmenistán) Despedida con Azat Estación y mi tren a punto de partir Mis acompañantes en el tren a Turmenabat
La anécdota en el tren
Durante el viaje, al poco de comenzar, tuve que dar explicaciones a un policía que viajaba controlando el tren sobre una supuesta botella de vodka que llevaba en la mochila. Fue por una broma de buen rollo, que le hice a una señora que vendía comida y que pasó por el vagón ofreciéndola. La turkmena tardó poco en chivarse y el policía en cuestión, poco en venir. Me revisó todo el equipaje y no encontró nada, así que se quedó sin sacarme un extra -según me dijo uno de mis acompañantes-.
El mismo que me informó que tampoco estaba permitido fumar en el tren y me aconsejó hacerlo con cautela en el baño cuando el revisor no estuviese, ya que el baño estaba al lado de su despacho.
Los taxistas en Turkmenistán
Como en todos los sitios hay gente que es honesta y otra que no tanto. En el mundo del taxi, ya se sabe que los primeros abundan y aunque suene a tópico, también es así en Turkmenistán. Mi experiencia es lo que me hace llegar a esta conclusión. Y te la cuento resumida a continuación, aunque en el post que escribí en su día podrás leer más detalles.
Al llegar a Turkemabat desde la estación, un taxista me llevó hasta el paso fronterizo de Farat, que fue el que había elegido al solicitar el visado. El trayecto fue increíble y pude ver el amanecer sobre el río Amu Daria.
Con el taxista había acordado pagar 40 Manat turcomanos, después de una ardua negociación. Lo malo es que al llegar a la frontera tuve que pagarle con un billete de 50 Manat y no llevaba cambio. Por supuesto ningún taxista que estaba allí disponía de cambios. Así que me quedé sin el recuerdo del billete o monedas como pretendía y él se llevó una buena propina. Al tanto con este detalle y hazte con billetes pequeños antes de hacer el viaje.
Amanece sobre el río Amu Daria de camino a Farap Ykram el taxista hasta Farap. Turkmenistán-Uzbekistán