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Concierto de Enrique Bunbury Buenos Aires 2018
Viviendo el concierto de Enrique Bunbury y conociendo Buenos Aires
Durante los años que llevo viajando no había podido volver a disfrutar un concierto en directo. En Buenos Aires me quite la espina para otros tantos más, con el concierto de Enrique Bunbury en Luna Park. Además conocí la capital argentina que tantas ganas tenía desde hacía años.

Viviendo el concierto de Enrique Bunbury y conociendo Buenos Aires

Durante los años que llevo viajando no había podido volver a disfrutar un concierto en directo. En Buenos Aires me quite la espina para otros tantos más, con el concierto de Enrique Bunbury en Luna Park. Además conocí la capital argentina que tantas ganas tenía desde hacía años.
Concierto de Enrique Bunbury Buenos Aires 2018

Por fin llegaba el día 15 de febrero, fecha apuntada en mi calendario personal como muy especial y que esperaba con ganas. ¿Y cual era la razón? El concierto de Enrique Bunbury en Buenos Aires.

Y ¿por qué tanta ilusión? básicamente porque tenía muchas ganas de ver un buen concierto en directo. Si además era de un amigo, acompañado en la banda y el equipo de más amigos, la ilusión se transformaba en inmensa alegría.

Pero añadido a esto iba a poder conocer una de esas ciudades, Buenos Aires, que desde hacía muchos años tenía ganas de visitar. En España debido a la inmigración de argentinos, tenía y tengo muchos amigos y conocidos. Ellas y ellos siempre me hablaban de su país y en muchos casos de su ciudad con cariño, y algo de nostalgia, levantando en mi una expectación especial.

El concierto de Enrique Bunbury en Buenos Aires 2018

Desde hacía tiempo cuando me encontraba finalizando la primera parte del viaje en Taiwán, me había enterado de que Enrique tenía una gira por América, en varios países del sur y del norte del continente americano. La fecha de Argentina no se había anunciado todavía, pero estaba asegurado que pasaría por allí, ya que cuenta con un público entregado y muchos fans. A las pocas semanas se confirmó esa fecha para el 15 de febrero. Solo tenía que planificar el viaje para llegar a tiempo.

Mi intención desde que preparé el viaje era entrar al continente americano por el sur -Chile era el país que había elegido- aunque por diferentes motivos del viaje había ido cambiando. Finalmente se confirmó como el país por el que llegaría y eso me daba la ventaja de que podría viajar a Argentina sin dificultad. Como relaté en este artículo.

Esperando el concierto en Luna Park

También conté en este artículo, que el día 14 de febrero -un día antes de la actuación- pasé una noche excepcional para mi en este momento de mi vida, y alargué la noche hasta entradas horas de la madrugada patrocinado por Pitu, dueño de la sala Makena, que me invitó a las copas. Y acompañado de Álvaro Suite, guitarra de Enrique, que me animaba a brindar y presentaba gente sin parar.

La noche fue divertida pero la resaca no tanto y el día 15 me levanté descompuesto y con pocas ganas de hacer nada. Pasé el día remoloneando, dormitando, aunque traté de trabajar algo para despejar la mente y prepararme para la tarde.

Las distancias en Buenos Aires son largas y desde la zona en la que estaba viviendo hasta el Luna Park tenía más de una hora y media de trayecto en autobús y algo más andando. Aún así llegué antes de que el concierto empezase, y pude saludar al equipo técnico del grupo con los que todavía no había coincidido.

La llegada a Luna Park

Fue una alegría reencontrarme con Libi y Román, los backliners que acompañan desde siempre a Enrique y que aunque no se vean, son parte importante para que el show salga adelante sin problemas.

Me encontré también con Nacho, el manager, que como siempre mantiene intacto su humor acido e inteligente. Y para mi sorpresa por la zona de camerinos también andaba Carmen París, una cantante maña que estaba por esta zona del mundo dando unos conciertos y vieja conocida.

También aparecieron por el camerino de los técnicos Enrique y Jose para saludar a Carmen y volver a vernos antes de que se retirasen a su camerino para prepararse de cara al concierto.

Preparados para la actuación de Enrique

Cuando se abrieron puertas y el Luna Park comenzó a llenarse –estaba todo vendido- salimos de la zona trasera y buscamos un lugar donde verlo cómodos. Por supuesto ese lugar era el área que ocupa el técnico de sonido. Javier “Chinas” es otro de esos viejos amigos con los que me une una gran y larga amistad que cuando me vio no salía de su asombro. Vernos a miles de kilómetros de nuestra ciudad común y sin tener noticias de que yo estaría allí, lo dejó perplejo y sé, que contento.

Nos fundimos en un abrazo y pudimos charlar un rato antes de que el comenzase a ajustar la mesa de sonido y esperase concentrado a que el show comenzase. Yo me quedé con Carmen durante toda la actuación, sentados pero vibrantes y alucinando por el inmenso show que han preparado para esta gira

También había podido invitar a Alejandro, que nunca había visto a Enrique en directo y se quedó impresionado del show que vivió. Por supuesto Diego de San Luis estaba allí –con su entrada comprada nada más conocer la fecha-, aunque no nos encontramos hasta que terminó, cuando llegó desde la parte frontal sudando y extasiado.

Otra de esas personas que no había podido ver todavía y con la que había quedado era Natalia, la madre de los hijos de Copy, el antiguo teclista de Enrique en la banda Cabaret Ambulante, que es argentina y no conocía personalmente aunque habíamos hablado durante mucho tiempo por las redes. Estuvimos buscándonos durante el show, pero decidimos posponerlo para cuando terminase.

Expectativas para un concierto

El nuevo disco de Enrique se titula Expectativas y realmente yo estaba expectante –como ya he comentado- por verlo en directo. Los vídeos y las canciones que se han ido publicando durante este tiempo y conociendo la profesionalidad de Enrique y su equipo no dejaban lugar a la duda y así fue.

El concierto fue espectacular y Enrique me volvió a sorprender tanto por la parte musical –la selección de canciones reinventando algunas de las más grandes tanto en solitario como de su época con Héroes del Silencio es realmente acertada- y la visual –vaya show en directo que han preparado- con una iluminación que te transporta y complementa la actitud de la banda tocando.

También he comentado acerca de su momento creativo, personalmente creo que de los más impresionantes de su dilatada carrera, acompañado por Jose, que aporta la parte visual a sus canciones. Que si bien Enrique siempre tuvo bien cubierta por otros realizadores, se nota que ahora las cosas se plantean desde la cercanía y el día a día, enseñando momentos más personales que dan a conocer mejor a un artista amado en, sobre todo, el mundo latino, pero también abriéndose paso en el anglosajón como demuestran sus giras por USA y con este disco, de nuevo por Europa.

Nacho, el manager, me comentó antes de comenzar el concierto algo todavía más increíble. Y es que ellos manejan todo el equipo de luces y viajan con unas cuantas toneladas a cada lugar que van a actuar. Únicamente contratan el sonido y los elementos de hierro del escenario, durante la gira. Esto también hace que todo esté en perfecto estado y además actualizado con los últimos elementos que salen al mercado. Aportando valor desde los despachos, al mejor artista español contemporáneo.

Recortes de prensa

Para repasar y conocer en formato periodístico como fue la actuación de Enrique Bunbury en Luna Park, mejor dejárselo a los profesionales. Así que he seleccionado algunos de los artículos que encontré en internet sobre el concierto y podéis leerlos en los siguiente enlaces.

La NaciónNosonhoraswebRockanball y ver una galería de imágenes del concierto realmente buena en Acapasancosas.

Y la fiesta continúa

Después del concierto nos juntamos todos en la parte trasera del escenario. Estábamos invitados a tomar algo con la banda y Nacho y Marisa me ayudaron a poder agradecer a mis nuevos amigos Alejandro y Diego su amabilidad en Argentina, proporcionándome las pulseras necesarias para entrar en la zona restringida.

Excepto Enrique y Jose que vuelven a su hotel nada más terminar el show, los demás componentes de la banda y equipo técnico que no deben de trabajar desmontando el escenario, vinieron a saludar y compartir un rato con los invitados. Tras este fugaz tiempo en Luna Park, la fiesta continuaba en la sala Makena y allí nos fuimos.

Toño que había vuelto del hotel de Enrique, me ofreció la furgoneta para transportarme hasta allí e invitar a acompañarnos a quienes estuviesen conmigo. Grande Toño que nos ahorró a unos cuantos buscar un medio de transporte y movernos por Buenos Aires para llegar a la sala.

Makena. La gran fiesta de despedida

Volvía a Makena, sí, como no podía ser de otra manera. Y aunque mi intención era la de no alargar la noche finalmente me superé. El concierto me había despertado y aportado energía extra que quemé hasta las 7 de la mañana, cuando pregunté por la hora y se me vino el mundo encima al pensar en la caminata que tenía hasta la parada de autobuses y posteriormente el trayecto en uno de ellos hasta casa. Con el estado en que me encontraba no me hacía mucha gracia. Pero había que apechugar.

De nuevo la suerte se presentó en forma de personas. Flor y Gori de los Boconas -un grupo argentino-, que habían estado conmigo cuando la mayoría ya se había retirado me preguntaron donde debía de ir y para mi sorpresa ellos también tenían que ir a la misma zona para llegar a su casa. Me llevaron en coche y eso renovó mi ánimo, aunque no lo celebré con otra copa y todos decidimos que era el momento de enfrentarnos a la mortal luz de la mañana bonaerense sin demora.

Pero antes, habíamos podido brindar y charlar, reírnos y disfrutar celebrando el éxito cosechado de nuevo en Argentina con los Santos Inocentes. Jordi, Álvaro, Roberto, Rebe, Santi, Ramón, Quino y Nacho, que también se acercó a tomar algo aunque se retiró pronto.

Durante la noche pude conocer a nuevas amigas y amigos con los cuales a quedado el contacto para siempre. Los Santos Inocentes se encargaron de presentarme a toda esa gente ya que son viejos conocidos de tantas veces que han pasado por aquí con las giras.

Diego y su hermano Ezequiel también estuvieron y pudieron por fin, conocer y charlar un rato con algunos de ellos, así como tener su autógrafo. No se retiraron tarde, pero sé y me consta que disfrutaron de la noche. Lo mismo hizo Alejandro mi nuevo amigo viajero que no estaba acostumbrado a la noche de la farándula y disfrutó del tiempo que estuvo viviéndola.

Viviendo Buenos Aires

Al día siguiente domingo, no era persona, solo una pieza de carne bastante grande, sin cerebro o con poco de el, pero tenía que espabilar. Esa noche tenía de nuevo una cena con Enrique, Jose, Asia y Toño para despedirnos. Además de paso, iba a pedir a Enrique me firmase unas postales para enviarlas a unos amigos españoles, que me las habían encargado especialmente. El resto de la banda ya lo había podido hacer los días anteriores.

La cena fue más cerca de donde vivía así que el desplazamiento era más corto tanto para ir como para volver. Cuando terminamos y antes de retirarnos Enrique firmó unos pocos autógrafos con fotos incluidas y un vídeo que finalmente aceptó hacer, para felicitar la boda a unos amigos de los fans allí presentes.

El lunes, que seguía en casa de Andrea, invitamos a cenar a Cristina y Kevin, los españoles que me habían traído desde Chile a Argentina en su auto-caravana para saludarnos y que se conociesen. Una noche en la que todavía sufría los efectos de la resaca y que me servía para despedirme a su vez de Andrea, ya que tenía la invitación de otros amigos virtuales a su casa y me iba al día siguiente.

El martes por la tarde quedé con Raúl Antonio a quien había conocido a través de Facebook por ser fans de Enrique y que incluso cuando se enteró de que iba a llegar a su país en las fechas del concierto, me ofreció regalarme la entrada para ver a Enrique en directo. No sabía que tenía posibilidad de pedir invitación pero fue un gran detalle por su parte.

Burzaco, el viajero nómada

Quedamos en el barrio de de San Nicolás, en el obelisco, donde llegaría con metro y me recogería en su coche para ir a su casa, exactamente a la casa de su madre que había salido de vacaciones unos días, donde estaban él y su familia cuidándola en Burzaco. Antes de llegar me quiso enseñar el museo de Jorge Luis Borges en Adrogué, que nos pillaba de camino. Aunque lo vi desde fuera ya que estaba cerrado a esas horas y quizás ese día.

Yo tenía previsto esa noche ir a ver a mi amiga Carmen París, pero fue imposible por la distancia y falta de medios de transporte público a altas horas de la noche. Y no nos vamos a engañar, la peligrosidad bonaerense que me habían advertido todos los argentinos que había ido conociendo.

Al llegar a la casa, ya de noche, me encontré con sus hijas Camila y Julieta y el pequeño Lorenzo, con el que entablé una relación de amor odio. Adorables todxs ellxs que enseguida conectaron conmigo y me acogieron como a un tío al que hace mucho que no ven.

Al salir de su trabajo, su mujer Erika volvió a casa y por fin conocía a otra de esas personas amigas virtuales que desde hacía años me seguían y de vez en cuando me mandaban mensajes de ánimo para el viaje.

Raúl como buen argentino, quería que probase el asado –cada argentino tiene su técnica y siempre es la mejor- y tengo que decir que le quedó perfecto. Aunque para mi la carne ya empezaba a salirme por las orejas y sus efectos no estaban siendo muy saludables disfrute de la potente cena.

Disfruté de su hospitalidad de la familia durante un par de noches, tras las cuales volví a Buenos Aires acompañado por Raúl, pero esta vez en tren. Me salió gratis ya que tanto él como Erika trabajan en el ferrocarril y tienen algunos privilegios que compartió conmigo. A casa de Raúl volvería más adelante para pasar unos cuantos días más.

Reencuentro con Nico y nuevo tatuaje

En Buenos Aires había quedado con Nico, también me había ofrecido su casa cuando habíamos hablado en las semanas anteriores y cuando estuvimos como voluntarios en Belopa (Indonesia) ya que por aquel entonces él y Andrea eran pareja.

Llegué por la tarde y Nico me recibió con los brazos abiertos. Pudimos charlar y cuando le comenté que tenía camisetas del viaje, me compró la última que me quedaba. Estar en casa de Nico me venía mejor para poder acudir a la cita con Marie para hacerme el tatuaje que me regaló el día que nos conocimos personalmente mi primera noche de Makena.

El tren desde casa de Nico a casa de Marie era directo y después de comer me fui a tatuar. Marie ya había podido preparar el dibujo, adaptando uno que le había enviado y que era lo que quería hacerme: la cabeza de un lobo.

Yo por mi cuenta y para agradecer el regalo, me comprometí a preparar la cena a base de tortilla de patatas -la 495 en el viaje- y una paella ambos platos acompañados de una ensalada. La cena la disfrutaríamos los hijos de Marie, Diego su actual pareja -también músico- y Mechy que conocí también en la noche de Makena, presentada por Jordi Mena y amiga de Marie.

Más de Buenos Aires

Al día siguiente tenía una nueva cita, era con Mary, cantante de rock, y una nueva amiga de mis noches de Makena. Seguidora de Enrique y que conocí a través de Jordi la noche después del concierto.

Con la broma nocturna habíamos quedado en irnos a pasar unos días acampados en algún lugar fuera de la ciudad aprovechando sus días libres, pero solo fue eso, una broma nocturna. Así que lo cambiamos por un picnic en algún parque bonaerense para charlar y conocernos en mejores condiciones.

Paseamos por el centro de Buenos Aires y nos apalancamos en los jardines de la Plaza Intendente Alvear en Recoleta, enfrente de la iglesia del Pilar y del Centro Cultural Recoleta para disfrutar de la comida que yo había preparado. Estuvimos hasta caída la noche, charlando y riendo.

Después de la jornada con Mary volví a casa de Nico por otra noche, le prepararé mi paella para despedirnos y a la mañana siguiente volví de nuevo a Bursaco, a casa de Raúl y Erika, para pasar unos cuantos días más. Nico esa mañana hacía mudanza y se cambiaba de casa.

Pero esto será parte de la historia del próximo artículo, donde también contaré mi vuelta a Rosario y el reencuentro con viejos amigos entre las provincias de Santa Fé y Córdoba. Hasta entonces y como siempre…

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